Ahora nos encontramos entre las calles Sant Martí y Mayor, donde estaba situado el portal y la Torre de las Horas, la segunda ampliación de la muralla. Encima del portal había una capilla en la que se veneraba a Santa Tecla y en la cima se encontraban las campanas del reloj público, razón por la cual el portal era conocido con este nombre.
El hecho de que Sant Celoni se encontrase a medio camino entre Barcelona y Gerona, en una época en que el trayecto debía hacerse en dos jornadas a caballo, favoreció la aparición de hostales y la aparición de oficios artesanales. En el siglo XVI, momento económico favorable donde ya constaban 105 casas en el pueblo, la mayoría de cabezas de familia trabajaban como artesanos que proveían al mercado local y del Baix Montseny, destacando los tejedores de lana y lino, los zapateros y los sastres y aquellos relacionados con los trabajos del campo como herreros y boteros, así como hostaleros.
La estructura de las casas era simple, con una planta baja a la cual se accedía por una puerta amplia que daba paso al obrador o taller y uno o dos pisos. En el umbral de las puertas se pueden observar algunas inscripciones de esta época que hacen referencia a alguna fecha, al nombre de los propietarios o el símbolo de los diferentes oficios. Podremos observar también las decoraciones de algunas ventanas originales del siglo XVI que destacan por el decorativismo característico del estilo gótico tardío.
Continuaremos el recorrido bajando por la calle Mayor hasta llegar a la Plaza de la Iglesia.